¿Un nuevo Israel en la Patagonia?
La
conclusión es: “Quien les dio el derecho a los sionistas judíos para
construir un estado en Palestina, les dará el derecho para hacer lo
mismo en otros pueblos y en sus propias patrias”. La exploración de la
Patagonia bajo la fachada de turismo ha sido llevada a cabo por soldados
israelistas desde 1976, intensificándose desde 1982 aproximadamente.
“Me pregunto si el futuro de la Patagonia se parecerá a la historia de
Palestina”.
En enero, fui por vacaciones a la Patagonia chilena,
esperando así, estar lejos por algún tiempo de las malas noticias en
los medios de comunicación. Encontré una tierra de una belleza natural
casi imposible de describir, pero también encontré a mis viejos
conocidos de Hebrón, los soldados del IDF (Fuerzas de Defensa de Israel). Fue como si las mismas personas que ocupan mi país (Palestina)
se hubiesen trasplantado a la Patagonia después de su orgía genocida.
La segunda cosa bastante extraña que llamó mi atención en la Patagonia
es que “extranjeros” están comprando grandes paños de tierra en Chile y en Argentina.
Lejos, la figura más polémica entre los “extranjeros” es Douglas Tompkins
un conservacionista que compró 330.000 hectáreas aproximadamente, al
norte de Chaitén, y quien también posee tierras en otras localizaciones
en Chile y Argentina a través de su Conservation Land Trust.
Pero hay también otros, personas adineradas y corporaciones, comprando
tierras a lo largo de la Patagonia. La controversia alrededor de muchos
extranjeros que compran la tierra, es casi siempre un tema de
conversación con los locales: “¿Ha escuchado usted acerca del gringo?”
(“gringo” es una palabra de jerga, ampliamente usada en Latinoamérica para nombrar a los “norteamericanos”) era una pregunta de los locales que se repetía entre Chaitén y Villa O’Higgins.
En
una zona donde la única industria de crecimiento es el turismo, escuché
a varios chilenos que comentaban que los extranjeros siempre parecen
recibir más indulgencia del gobierno que ellos mismos. Otros comentan la
compra de la Patagonia por extranjeros como el preludio a la fundación
de un nuevo estado. No es de extrañarse, están viendo al ejército
israelita explorando su país desde principios de 1980 e incluso antes de
esa fecha.
Vi a los IDF con mis propios ojos: primero en el barco de Puerto Montt a Chaitén, y luego por todas partes hasta Candelario Mansilla,
1.200 km al sur. Ellos siempre viajan en grupos de 5 a 7 personas,
siempre con una o dos mujeres entre ellos, cada grupo tiene un oficial y
ellos evitan el contacto con los locales y otras personas al mínimo
necesario. Un chileno con un poco de conocimiento sobre estas materias
nos dijo que ellos viajan en formaciones que corresponderían a misiones
de “reconocimiento e inserción” en la terminología militar. Esta persona
nos confirmó que la exploración de la Patagonia bajo la fachada de
turismo ha sido llevada a cabo desde 1976, intensificándose posterior a
1982 aproximadamente.
LA OCUPACIÓN DE PALESTINA
Mientras
la incesante incursión del IDF ha despertado la curiosidad de los
chilenos, me recuerda lo que pasó en mi patria Palestina desde finales
de 1920 y principios de los años treinta, cuando masivas olas de judíos
inmigraron como “granjeros”. Los judíos comenzaron comprando grandes
extensiones de tierra en Palestina a través de los hombres y compañías
de exploración. En ese momento los palestinos poseían la mayoría de las
tierras en Palestina. Me pregunto si el futuro de la Patagonia se
parecerá a la historia de Palestina. Antes de estas olas de masiva
inmigración judía, el británico Lord (Arthur James) Balfour emitió la fraudulenta “Balfour Declaration” en la que el agonizante Imperio británico
entregaba la tierra de Palestina a los sionistas y les “permitía” a los
judíos tomar las tierras árabes, probablemente en un mal aconsejado
esfuerzo encaminado para librarse de los judíos de Europa. Antes de Balfour, uno de los últimos actos del Imperio otomano
antes de su fallecimiento fue entregar Palestina que había ocupado
durante mucho tiempo, a los británicos. Esta charada de infamia
recuerda más a un par de mendigos que se sientan a la entrada de una
iglesia, uno de ellos vendiendo la iglesia al otro, en lugar de honestos
compañeros que hacen un trato de buena fe.
En 1947, la ONU
aprobó una Resolución que demanda la division de Palestina en dos
estados, Israel “la minoría” controlaría ahora el 56 por ciento de la
tierra (en ese momento, los judíos sólo poseían aproximadamente el 6% de
la tierra), la mayoría palestina controlaba el 44 por ciento de su
patria. Poco después vino la guerra de 1948 en que los judíos declararon
su independencia y el establecimiento de un estado judío, Israel, en el 78 por ciento de la tierra palestina. En ese momento el Banco Oriental y Jerusalen Oriental estaba bajo el control de Jordania, mientras que la Franja de Gaza estaba bajo el control de Egipto.
En
1948 mi familia se trasformaría en refugiados en nuestra propia patria.
Mi madre me dijo que ella era una muchacha joven cuando dejó su pueblo
en lo que ahora se llama Israel. Mi madre me contaba: “Mi familia
dejaron todo en el pueblo; estábamos asustados de lo que el haganah judío
había hecho en otros pueblos palestinos en la cercanía. Ellos
destruyeron esos pueblos y llevaron a cabo matanzas colectivas contra
las personas que habían vivido allí.
El
ejercito árabe (compuesto de tropas de todos los países que ahora
tienen fronteras con Israel) recogió todas las armas particulares de los
palestinos en ese momento. Ellos nos convencieron que eran lo
suficientemente fuertes como para protegernos y luchar contra Israel,
que nosotros deberíamos confiar en ellos y debemos entregarles nuestras
armas. Los soldados árabes les dijeron a los palestinos que deberían
dejar sus casas por un par de días que hasta que la guerra acabase, “no
hay ninguna necesidad de llevar sus cosas personales”. Este mismo
ejército árabe estaba dotado solamente de armas rotas para defender
Palestina. Ellos tenían solo tapas de corcho y balas de salva en lugar
de balas reales. Esta es la tercera traición de los árabes contra los
palestinos después de que los turcos otomanos habían vendido Palestina a
los británicos anteriormente.
El
resultado de esta traición culminó en 1967 con la ocupación por los
judíos de las tierras palestinas restantes y partes de los países árabes
alrededor de ellos. De este tiempo es que yo recuerdo a un soldado
jordano huyendo que le pidió un traje a mi madre para ponerse en lugar
de su uniforme. También recuerdo los tanques jordanos que arrancaban de
Hebrón sin siquiera luchar.Yo tenía 5 años.
Desde
entonces, los ocupantes judíos se arrogaron el derecho para confiscar
nuestras tierras agrícolas, demoler nuestras casas con el propósito de
construir asentamientos judíos donde les agradase. La inmigración judía
desde todo el mundo a Palestina que fue llamada ahora “Estado de Israel”
aumentó considerablemente. El fenómeno de extranjeros comprando tierras
palestinas no se detuvo después de la ocupación de la Franja Oriental y
de Gaza en 1967. De hecho, compañías extranjeras de avanzada que
compran la propiedad palestina aumentaron en gran forma sus actividades.
Algunas personas que dejaron Palestina debido a la guerra de 1967
vendieron sus casas en las viejas ciudades de Jerusalén y Hebrón.
Después de un rato quedó claro que estos extranjeros de avanzada servían
a los intereses de la ocupación judía y los colonos.
El millonario norteamericano, Shlomo Moskovitch, compró en Ras al Amod
en Jerusalen Oriental, a través de compañías extranjeras de avanzada,
desde que estaba prohibido por ley vender las propiedades a los judíos.
Otros extranjeros compraron algunas viejas casas en la antigua ciudad de
Hebrón. Todos estos extranjeros estaban sirviendo a la ocupación
israelita. La conclusión es: “Quien les dio el derecho a los sionistas
judíos para construir un estado en Palestina, les dará el derecho para
hacer lo mismo a otros pueblos en sus propias patrias”.
Las
actividades de los “turistas” judíos y de los extranjeros que compran
cualquier propiedad disponible es vista claramente por las personas
chilenas y este asunto es cuestión de mucha controversia y discusión,
pero lo que no está claro para los chilenos de la Patagonia es el
futuro. ¿Qué pasará después? ¿Qué pasará con ellos si los judíos llegan a
ser mayoría en la Patagonia y comienza a hablar sobre construir un
nuevo estado judío allí?
Nadie sabe
con seguridad por qué el alto mando militar israelita está enviando a
sus soldados en misiones de exploración a la Patagonia. El gobierno
israelita está evidentemente interesado en la Patagonia y ellos están
gastando el dinero que les sirva a ese interés. Varios “hayalim” (Hayalim:
en hebreo, el plural de “hayal”, soldado) le dijeron a mi amigo que el
IDF financia su viaje después de que ellos completan el servicio militar
y las personas con quienes él pudo hablar, todos habían tenido un rol
en inteligencia, sea éste en un “trabajo de oficina” no especificado o
viajando por diferentes partes, filmando con una cámara de video los
combates en el sur del Líbano y la Franja Oriental.
La
mayoría de los judíos cree que no hay ningún futuro seguro en Israel y
Palestina. La guerra estallará en cualquier momento entre ambos pueblos
aun cuando tengan acuerdos de paz. Muchos judíos ya han dejado Israel e
incluso solicitaron pasaportes extranjeros. Muchos judíos han comprado
tierras en Europa y en los Estados Unidos. En este contexto es interesante notar que los casos de corrupción contra el primer ministro Ariel Sharon involucra el intento de adquisición de una isla griega.
La última vez que me quedé en casa de mi amiga Anat Even en Tel Aviv
mientras estábamos trabajando juntas, ella compró una nueva cerradura
para la entrada de su casa. Estaba asustada y hablaba sobre un nuevo
Holocausto en marcha. Dijo que Israel no era un país seguro para los
judíos y que en su opinión, las prácticas del gobierno estaban
preparando a los judíos para el nuevo Holocausto, y que era importante
encontrar un lugar seguro para vivir. Ella estaba hablando con un
profundo dolor, tal como si el nuevo Holocausto estuviera pasando en ese
instante. Anat me dijo que muchos judíos se sentían de la misma manera.
“PATAGONIA ESTÁ LLENA DE SOLDADOS ISRAELITAS”
En la Patagonia, vi a muchos israelitas, en los coffee shop,
restaurantes, en ciber cafés en donde ellos representaban a menudo el
90% de la clientela, en las calles, en los barcos, en los buses, en el
campo y en el bosque, todos ellos eran unidades del IDF, soldados y
oficiales, lo mismo que acostumbraba a ver en los territorios ocupados
pero sin las armas y el uniforme del ejército. Durante algún tiempo
pensé que no me encontraba en la Patagonia, sino de vuelta en las calles
de Hebrón o en Israel.
En el barco
entre Puerto Montt y Chaitén, me encontré viajando con un grupo del
ejército israelita, cuatro soldados y una mujer. Durante todo el viaje
del barco hablaron en inglés. Cuando la nave llegó a Chaitén en medio de
la noche, había otro grupo de soldados judíos que esperaban por ellos y
entonces, todos ellos, comenzaron a hablar en hebreo. Ellos me
identificaron como palestina cuando hice una llamada telefónica. Estaba
hablando con mi amigo, diciéndole que había un grupo de soldados
israelitas caminando detras de mí. De repente uno de ellos me gritó y
preguntó dónde iba a quedarme. Recuerdo que yo le contesté: “En el
Infierno hecho por Israel”.
El
proximo día, en la mañana, me encontré a más israelitas en la oficina de
transporte. Decidí ignorarlos. Mi amigo me había recomendado que no
hablara con los israelitas. El dijo que la “Patagonia está llena de
soldados israelitas; es mejor que evites los problemas y no hables con
ellos”.
Viajando más al sur, en un
barco, entre Villa OHiggins y Candelario Mansilla, un oficial israelita
estaba hablando con un grupo de turistas. Cuando él les dijo que era de
Israel, un hombre escocés contestó de una extraña manera, “Ah, nunca
hemos visto a un israelita viajando solo, ellos siempre van en grupos,
probablemente hay alguien esperando por usted en el otro lado” (esto
resulto ser verdad). El oficial dejo de hablar con los europeos
rápidamente. Cuando este israelita me preguntó si yo era judía o si
podía hablar hebreo, contesté que era palestina, pero mi amigo cortó
nuestra conversación. Durante el resto del viaje, este oficial estaba
visiblemente preocupado con su mochila, nunca la perdía de vista. Él no
permitía a nadie que la tocara, incluso el personal del barco cuando las
acomodaban. Si alguien bajaba al lugar para buscar algo, el oficial
bajaría junto a él y se aseguraría que su mochila no se tocaría o se
movería de su lugar.
En la rampa de
Candelario Mansilla, habíaa dos unidades militares israelitas, una en
cada lado, esperando al parecer por el oficial en la nave. Todos le
rodearon e intercambiaron informacion entre ellos, los tres oficiales al
parecer intercambian información sobre los dispositivos portátiles que
ellos llevaban consigo. Después se retirarían a un lugar privado en los
bosques cercanos, dejando a los soldados de sus unidades en la rampa. He
visto a las unidades de inteligencias del IDF comportarse de la misma
manera en el West Bank.
Intenté
ignorar estas unidades del IDF, pero todos estábamos sentados en el
mismo lugar en espera del regreso de la nave. Uno de los IDF me
reconoció por mi película “Hebrón: la Ciudad sin Misericordia” que él
había visto y él informó a sus amigos que yo era una periodista
palestina.
Una mujer judía me ofreció
sentarme al lado del fuego donde el grupo de IDF estaba cocinando. Me
preguntó: “¿De dónde vienes?” Contesté: “De Austria”. La mujer se rió
ruidosamente y me preguntó nuevamente. “¿De dónde usted es?”" De
Palestina”, “¿Y de dónde es usted?”, le pregunté. Ella contestó de
Palestina. Mi amigo le dijo que “eso es bullshit!” Le dije, usted es de Israel. La hayalet (en hebreo, soldado hembra) estaba llevando una koffiya palestina. Su novio hablaba algo de árabe. Él dijo: “Nosotros somos los judíos, los kuffar!” (Nota: “Kuffar” es la palabra árabe para “infiel”) y continuó lanzando delirantes insultos en su bastante limitado árabe.
De
los soldados que sirven en los territorios ocupados, sólo los oficiales
de inteligencia aprenden el árabe. Mi amigo comprendió la manera
insolente en que ellos estaban hablando conmigo y me instó que dejara de
hablar con los IDF. Esto los hizo enfadar. La mujer empezó a hablar
sobre ello con mi amigo, pero el decidió cortar el contacto debido a la
postura evidentemente agresiva de los soldados.
Yo
estaba disfrutando sola, de estar sentada a orillas del lago jugando
con el agua, recordando mi patria cuando el ejército judío me causó el
trauma y me lanzó de mi país, cuando fui sorprendida por la mujer judía
que me trajo una taza de menta para beber. Ella empezó una conversación
en que me dice que un hombre de su grupo me haba identificado. El había
visto mi película “Hebrón: la Ciudad sin Misericordia”. Ella se sentó a
mi lado, comenzamos a hablar. Ella me preguntó si quería volver a casa,
si me sentía bien, y se contestó a si misma. Ella dijo que yo no parecía
feliz, seguro que esto era porque no veía a mi madre.
Le dije que volvería pero después de interponer una queja contra Israel en la Corte Europea de Derechos Humanos.
Nunca olvidaré de lo que me hicieron los soldados del IDF. Le pregunté
si había servido en el West Bank. Ella contestó que sí. Le pregunté qué
tipo de trabajo había hecho allí. Ella contestó, “solo un estúpido
trabajo, es todo lo que ellos nos enseñan a hacer allí”. Le conté
algunas de las cosas que soldados de IDF, hombres y mujeres, habían
hecho en el West Bank y le ofrecí leer mi sitio web. Le pregunté ¿A qué
misiones les envió el IDF hacer en Chile? Le dejé desconcertada y me fui
hacia mi amigo.
Di un paseo alrededor de la montaña. Y me encontré con la hayalet
nuevamente. Hablamos de nuevo, estaba hablando sobre las misiones que
algunos extraños extranjeros están haciendo en la Patagonia bajo la
guisa de turismo. Ella se enfadó y dijo: “esa es una mentira”. Hablé
sobre la importancia de desarrollar la Patagonia y cerrar el camino para
que estos extraños extranjeros no puedan construir su propia codicia.
Hablé sobre construir buenos caminos entre el norte y el sur y cómo las
personas ricas deberían ayudar a que el gobierno haga esto. Recuerdo su
nerviosa respuesta cuando ella preguntó: “Por qué usted no escribe al
gobierno de hacer algo sobre eso? ” Le dije, “Sí, quiero hacerlo de
hecho” y continué hablando sobre la importancia de desarrollar el área y
cortar la forma en que los extranjeros piensan ocupar esta tierra. Ella
no parecía contenta sobre lo que estaba oyendo. Dijo que yo era una
mujer de ciudad y me acusó de pensar en destruir la naturaleza. Todo el
rato ella estuvo aplastando los tábanos con sus dedos. Nos separamos.
Atrás
en el norte, escuché un montónn de divertidas historias sobre los
“turistas” israelitas. Aquí va una: Algún tiempo atrás, en Puerto Tranquilo
una pareja de israelitas alquilaron un cuarto por una noche. Para
ahorrar dinero, ellos se levantaron muy temprano, salieron furtivamente
por la ventana e incluso empujaron su automóvil por aproximadamente 200
metros para que el dueño no les oyera escaparse. El dueño llamó a la
policía y ellos de alguna manera fueron aprehendidos. Entre Chaitén y
Candelario Mansilla hay solo aproximadamente 60.000 habitantes en todo
la Patagonia chilena, los caminos son pocos, y a pesar de las grandes
distancias todos se conocen. Aquí, es muy difícil escaparse con acciones
“tontas”. De crimen mayor casi no se escucha. Me dijeron que solo dos
casos fueron llevados ante la Corte de Justicia de Cochrane (capital de la provincia) en un palmo de siete años. El juez supuestamente renunció de aburrimiento.
Puerto Tranquilo es un pueblo pequeño cerca del lago General Carrera.
A pesar del incidente anterior en relación a mi viaje, el pueblo recibe
muchos visitantes de Israel y el turismo incluso se ha especializado en
parte hacia estos visitantes. Los letreros en hebreo pueden verse en
algunas casas y tiendas, muchos lugareños están supuestamente
aprendiendo hebreo. Una pensión ha especializado sus servicios hacia los
visitantes israelitas: precios bajos, cuartos limpios, el dueño nos
habló en primer lugar en hebreo destartalado. En las calles pueden verse
muchos israelitas, escuché hablar en hebreo un par de veces.
El
pueblo chileno generalmente es muy amistoso con los extranjeros y dan
la bienvenida a los visitantes de su país, a los cuales parecen mirar
con interés y curiosidad. Lo que cuenta para la gente de la Patagonia
son los pequeños detalles en la conducta personal. Se recuerdan de las
personas buenas durante mucho tiempo, sólo debido a eso, y lo mismo
puede decirse sobre aquellos que se comportan de malas maneras. De mis
interacciones con la gente de la Patagonia quedó claro que ellos no
saben nada sobre la historia de lo que pasó en Palestina (pero ellos
están muy conscientes de los desarrollos presentes) y el paralelo que
parece estar desarrollándose en su país. Fuera de una elite muy
diminuta, la gente de la Patagonia parece no estar interesados en la
política más allá de sus problemas locales y cuando hablan sobre la
política, lo hacen de una manera muy cortés.
La
presencia constante de grupos del IDF en la Patagonia está siendo
registrada por los chilenos de la región, no en un sentido político,
pero basado en su experiencia. Hay muchas historias como aquella de los
tipos que salen furtivamente escapando por una ventana que cuentan en la
región. Me preguntaron varias veces si yo era de Israel antes de
alquilarme un cuarto. En la mayoría de las casas donde alojé, me dijeron
que ellos no aceptaban a los IDF (“israelitas”). Esto parece haber
hecho un mercado para aquellos que especializaban en ellos.
Es
doloroso hablar sobre esto, pero por la causa de la paz solo puedo
esperar que las personas de la Patagonia de Chile (y Argentina), no
tengan que experimentar aquello que los palestinos experimentaron, que
ninguno de ellos tenga recuerdos dolorosos como mis recuerdos de la
ocupación israelita. Este es mi deseo para la Patagonia, para estas
personas buenas con las cuales me encontré, para este hermoso pedazo de
arte hecho por la naturaleza. Espero que ambas, las personas y la
tierra, nunca conozcan la ocupación que destruye la humanidad, la
belleza y la naturaleza. Espero que nunca un asentamiento se implante en
este hermoso fin del mundo. De la misma manera, no deseo un nuevo
Holocausto para mi amiga Anat y nuestra gente. Yo espero que la paz
llegue pronto a nuestro país y que la ocupación acabe.
April 18, 2004
Por Kawther Salam
Título original: Patagonia: ¿La nueva Palestina?
Traducción al castellano cortesía de Animalweb.cl
Origen del artículo: www.kawther.info
Soldados del IDF arrestando a un granjero palestino por entrar en sus terrenos (Crédito: AFP)
Texto -de origen externo- incorporado a este sitio web por (no es el autor):
Cristián Andrés Sotomayor Demuth
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